domingo, 29 de junio de 2008

La mafia toma el poder en Kosovo


El primer ministro de Kosovo, Hashim Thaci, de 39 años, es políglota: además de las lenguas serbia y albanesa, habla inglés y alemán. Esta habilidad idiomática seguramente le fue útil en la época que se le conocía como “La Serpiente” y era cabecilla del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), organización terrorista creada en 1993 con respaldo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Bundes Nachrichten Dienst (BND), el servicio secreto alemán.
Es posible que Thaci se comunicara en inglés con los comandantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que ocuparon Kosovo durante la guerra de 1999 para pedirles que le despejaran el terreno para hacer un poco de limpieza étnica o escabecharse a unos cuantos civiles serbios, sus principales víctimas. Por sus blancos de ataque, el ELK ha sido comparado con los “contras” nicaragüenses financiados por Estados Unidos en la década de los ‘80 para derrocar al gobierno sandinista.
El jefe de la Misión de Verificación de Kosovo y enlace con Thaci era un diplomático cuyo nombre tiene reminiscencias filibusteras en América Central: William Walker, ex secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos de 1985 a 1988 y ex embajador en El Salvador de 1988 a 1992, señalado como creador de los escuadrones de la muerte en ese país y autor intelectual del asesinato de seis sacerdotes jesuitas en 1989. Antes de ser enviado a Kosovo para instaurar la paz, la democracia y el libre comercio, Walker era vicepresidente de la Escuela de Defensa Nacional de Estados Unidos, organismo cuyos desvelos por los procesos eleccionarios y los gobiernos civiles son históricamente conocidos en cinco continentes.
Otro viejo conocido que estuvo en Kosovo es el embajador estadounidense en Bolivia, Philip Goldberg, que fogoneó conflictos entre fuerzas serbias y albanesas. Entre 1994 y 1996, Goldberg fue asistente especial del embajador Richard Holbrooke, uno de los estrategas de la desintegración de Yugoslavia. Apodado en Bolivia como “el embajador de la limpieza étnica”, promueve ahora la autonomía del Santa Cruz de la Sierra, Beni, Pando y Tarija, al oriente de Bolivia. Conocidos como la “media luna”, estos cuatro departamentos suman 685.095 kilómetros cuadrados, más de la mitad de la superficie boliviana. Concentran la mayor parte de la riqueza gasífera, agroindustrial y ganadera, y absorben la mitad de la inversión extranjera.
Uno de los entusiastas colaboradores de Goldberg es el terrateniente croata Branco Marinkovic, partidario de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, miembro de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz, el Banco Económico y la Cámara de Exportadores. Marinkovic también es accionista de la compañía de Transporte de Hidrocarburos Transredes, cuyo 50 por ciento pertenece a Enron y Shell y opera gasoductos y oleoductos de 6.000 kilómetros que llegan a Argentina, Brasil y Chile.

Pero el apoyo más cálido de Hashim Thaci en tiempos del presidente William Clinton era Marie Jana Korbelová, nacida en Praga en 1937 e hija del embajador checoslovaco en Yugoslavia hasta 1948, más conocida como Madeleine Albright. Naturalizada a los 20 años de edad, fue representante de Estados Unidos en la ONU de 1993 a 1997 y secretaria de Estado de 1997 a 2001. Una foto encantadora, tomada en 1998 durante una conferencia de paz en Rambouillet (Francia), muestra a la la señora Albright, que es madre de tres mujeres, abrazándose con Thaci como si fuera el varón que nunca tuvo. Ella lo definió muy maternalmente como “el faro de los jóvenes demócratas”.

Para la ex secretaria de Estado -y también para la CIA, el BND y la OTAN- posiblemente fuera un detalle menor el hecho de que Thaci era, además de líder del Ejército de Liberación de Kosovo, miembro del Grupo Drenica, un sindicato criminal asociado con las mafias albanesas, macedonias e italianas dedicadas al tráfico de heroína procedente de Turquía, Pakistán y Afganistán, y destinada a Europa.
Un poco menos comprensible es que para los funcionarios de la administración de George W. Bush también parece ser una minucia la vinculación del ELK con Al Qaeda. El comandante de las fuerzas de elite del grupo terrorista kosovar era Mohamed Al-Zawahiri, hermano del médico egipcio Ayman Al-Zawahiri, el número dos de Osama bin Laden. El 1 de diciembre de 2001, The Wall Street Journal reveló que Ayman Al-Zawahiri, alias Doctor Muerte, había organizado “campos de entrenamiento terroristas, fábricas de armas de destrucción masiva y blanqueo de dinero y redes que trafican con drogas en Albania, Kosovo, Macedonia, Bulgaria, Turquía y Bosnia”.
En Kosovo se encuentra una enorme base militar estadounidense: Camp Bondsteel. Construida por la empresa Halliburton por encargo del Pentágono, aloja más de 6.000 soldados norteamericanos. Está ublicada cerca de oleoductos y corredores de energía vitales actualmente en construcción, como el oleoducto Trans-Balcanes financiado por Estados Unidos. Como antes en Irak, los intereses de Washington, Al Qaeda y las compañías petroleras convergen nuevamente.

Roberto Bardini

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