viernes, 31 de octubre de 2008

A Ramiro

[...] Y llegó el veintiocho de Octubre. Ramiro lo dijo: “presiento que hoy me van a matar”. ¿Otra predicción? Por la noche, cuando estaban ya acostados en el suelo, llegaron los milicianos con una lista. Treinta y dos nombres para ser trasladados a la prisión de Chinchilla, que era lo que decían para ocultar la verdad.

- ¡Catorce! ¡Ramiro Ledesma!

La poca esperanza que pueda haber se desvanece por completo. Junto a Ledesma, nombran a Ramiro de Maeztu. El creador de la Hispanidad va a morir con un “ansioso de valores hispánicos”. Qué mejor forma. Y sale Ramiro, porque ya de nada servía ser Roberto Lanzas, pero a medio camino se da la vuelta. Quiere coger la chaqueta, y no le dejan. Después, en la fila, tiene oportunidad de hablar con Maeztu por última vez, dándose ánimos para permanecer enteros. Ramiro ve el final y lo agradece. Quiere que todo termine cuanto antes, pero no acepta que le vean así, no quiere morir donde ellos decidan y hacerlo obedeciéndoles. Era ya veintinueve y tocaba la hora de la muerte. Les flanqueaban milicianos armados, camino del camión que les trasladaría. De repente, se lanza hacia uno de los milicianos, intentando arrebatarle el fusil.

- ¡A mí me matáis donde yo quiera, no donde vosotros queráis!

Y cayó. El disparo de otro miliciano terminó con su vida en el último arrebato de rabia, bajo un rayo de tremenda voluntad, y su cuerpo se estrelló contra el suelo. No hubo que rematarlo, de su cráneo manaba sangre y ya nada podía hacer. Todo había terminado. Lo recogieron y lo llevaron, con los otros treinta y uno, al cementerio de Aravaca, donde fueron fusilados contra el muro. Allí yace Ramiro, enterrado bajo la tierra de su Patria, como recuerdo perpetuo del fratricidio de 1936 y homenaje a todos los que murieron injustamente.

Al día siguiente, cuando su hermana Trinidad fue a llevarle cosas, le dijeron que estaba en Chinchilla, como a su hermano, cuando fue con un abogado para intentar defenderle en un proceso sin juicio ni acusación alguna.

Tal vez la mejor definición de la muerte de Ramiro la diera Ortega y Gasset, antiguo maestro, cuando se enteró de ella en París: “no han matado a un hombre, han matado a un entendimiento”.

RAMIRO LEDESMA RAMOS, ¡¡¡PRESENTE!!!

El Blocco se defiende

Miles de estudiantes italianos se estan manifestando ésta semana a lo largo y ancho del país para protestar contra la Ley Gélmini. Dicha ley, impulsada por el ministerio de educación, pretende básicamente una reducción del personal (130.000 puestos de administrativos) y un recorte del presupuesto (8.000 millones de euros) en la enseñanza pública italiana.
Entre los manifestantes se pueden encontrar estudiantes de muy diversas ideologías. El sindicato estudiantil Blocco Studentesco, cercano al nacionalismo revolucionario, también se ha manifestado, a veces al lado de sindicatos anarquistas o comunistas, como se puede constatar en este vídeo:


Pero, algunos de los grupos antifascistas han querido boicotear al Blocco, como se puede ver en el siguiente vídeo, lanzando botellas y piedras contra sus estudiantes afiliados y/o simpatizantes.


Además, resulta que la policía ha detenido a 12 miembros del Blocco, mientras que a los "antisistema" no se les ha reprochado nada. Y este hecho, resulta cuanto menos curioso, teniendo en cuenta ese lema que muchos hemos oído hasta la saciedad: "el fascismo tiene como intención dividir a los trabajadores para desmovilizarlos". ¿No será que es al revés?

miércoles, 29 de octubre de 2008

Todos a la calle el 15-N: La crisis que la paguen ellos

Asunto: Todos a la calle el 15-N: La crisis que la paguen ellos (PÁSALO)

El próximo 15 de Noviembre se reunirán los líderes mundiales para preparar un nuevo plan contra la crisis.

Salvar de la crisis a los bancos de Estados Unidos ha costado 700.000 millones de dólares; !!5 veces más de lo que aprobó la ONU para alcanzar los Objetivos del Milenio!!. Y las ayudas europeas son aún mayores. ¡¡¡¡Es una vergüenza!!!! En España el gobierno le da 100.000 millones de euros a los mismos bancos que están desahuciando a muchas familias por no poder pagar la hipoteca.

Hace meses miles de personas salimos a la calle por una vivienda digna y ya advertíamos del peligro de la burbuja inmobiliaria. Ahora que ha estallado ¿la vamos a pagar nosotros? Durante años se han forrado y ahora anuncian despidos, recortes salariales, cierres de empresas, “aparcar” el protocolo de Kioto…

Está claro que los grandes partidos gobiernan para la banca y que los grandes sindicatos no van a rechistar ¡Si hasta los han felicitado los banqueros y empresarios! Solo la gente de a pie podemos denunciarlo. Privatizan los beneficios y socializan las pérdidas. ¿Se creen que somos tontos? ¿Lo vamos a permitir? Claro que no.

El próximo sábado, 15 de noviembre a las 17:00 horas saldremos a la calle en todas las ciudades.
Tenemos tiempo y capacidad suficiente para difundirlo y organizarnos. Da igual si invitan a Zapatero, pero nosotros tenemos que colarnos en esa Cumbre...

¡¡¡LA CRISIS QUE LA PAGUEN ELLOS!!!

III Jornadas de la Disidencia


Más información aquí

viernes, 24 de octubre de 2008

Sobre el Pacto Europeo de Inmigración y Asilo

El Pacto Europeo de Inmigración y Asilo (PEMA) fue aprobado definitivamente hace unos pocos días, mostrando una vez más la incapacidad de los estados miembro de la U.E. y de sus organismos para hacer algo realmente interesante capaz de cambiar algo. Porque el PEMA es, en definitiva, más de lo mismo pero con forma distinta. Un "Bluf" más, y ya van demasiados.

El Consejo de Ministro de Justicia e Interior de la Comunidad Europea curiosamente se ha dado mucha prisa en aprobar este "plan", a diferencia de otros de igual importancia. Tal vez sea porque es un tema espinoso, un tema que enfrenta cada vez menos a los europeos, que en plena crisis económica se están poniendo cada vez más de acuerdo sobre ciertos asuntos, en este caso el inmigratorio. Aunque lamentablemente no siempre se apunta a quién se debe, en este caso debería ser al empresariado (aquel que necesitaba mano de obra barata y sumisa, así como aumentar la demanda de empleo para rebajar la calidad de la oferta) y a la clase política europea que "gobierna" por las necesidades empresariales en vez por aquellos que les sustentan y votan.

¿Y qué dice el PEMA? ¿De qué trata? Ahora que el paro cada vez es mayor y parece que "sobran" trabajadores (antes decían que, como faltaban, había que traer), ¿en qué nos va a ayudar el PEMA a los europeos? Desgraciadamente, en nada.

El PEMA endurece la persecución de la inmigración ilegal ¿acaso antes no lo hacían? Hacer leyes para contrarrestar la dejación anterior es realmente penoso. Cientos de miles de inmigrantes ilegales habitan ya en Europa, lo que significa que hay personas con menos derechos en Europa tanto por la parte inmigrante (sin derechos laborales) como por la parte europea -a la que se debería prestar un poco más de atención, que somos los que hacemos Europa- (colapso de instituciones y servicios, inseguridad, reducción de la calidad laboral por la ley de la oferta y la demanda y ese largo etcétera que todos conocemos). Espero que la clase política no haga una ley para cada pifia que hagan, porque entonces no avanzamos...

El PEMA apoyará la "integración de los inmigrantes garantizando su acceso a los derechos sociales (acceder a los servicios de sanidad, facilitar la educación, aprendizaje del idioma, disponer de los servicios públicos, asegurar su seguridad y trabajo) a cambio del respeto a las leyes." Es decir, que los que están se van a quedar. Cuando según el empresariado eramos pocos (trabajadores), había que traer. Y ahora que somos demasiados, se quedan. Eso lo único que garantiza es que toda la población (tanto inmigrantes como europeos) pierda nivel de vida, que los servicios públicos sean cada vez más pobres y estén más colapsados, que el mercado laboral sea peor aun de lo que es y que miles de parados deambulen por las calles sin saber qué hacer. Eso sin entrar en el molesto debate de los derechos adquiridos por aquellos que han levantado Europa a través de los años, que ven como sus hijos tienen exactamente los mismos derechos (o menos, véase vivienda protegida) que los que acaban de llegar (que nada han hecho por Europa y que no les interesa más que su bienestar personal, no la colectividad). La garantía la pagaremos como siempre los europeos, no los empresarios que son los culpables de esta situación ¡como siempre!

Para terminar esta situación, Franco Frattini, Comisario de Seguridad de la UE, anunció que el próximo 23 de octubre la Comisión Europea presentara un proyecto formal a los países miembros de la Unión para alentar la inmigración legal de trabajadores cualificados en distintas áreas laborales. Como bien es sabido, en Europa sobran puestos de trabajo para trabajadores cualificados, por eso muchos licenciados, diplomados e incluso doctores están trabajando en sectores como la hostelería o el sector servicios en general con sueldos más bajos que su condición académica. ¡Estos comisarios son unos linces! Sólo hay que ver como en países como Italia o España muchos médicos se van a otros países porque en España no cobran lo suficiente o su puesto está ya cogido por uno de esos inmigrantes cualificados que trabajan más barato (lamentablemente, ojo).

¿Y nosotros qué? ¿Qué tenemos que decir los europeos respecto a esto? La burocracia europea parece estar en otra dimensión, parece inaccesible, lejana. Los europeos en general lo vemos como algo que nos dicta, pero sobre lo que no podemos decir nada. ¿Esa es su democracia? Vayanse a la mierda, con perdón.

Estoy harta.

Sofía

domingo, 19 de octubre de 2008

miércoles, 15 de octubre de 2008

No permitir que la bandera identitaria caiga en manos etnicistas

A. González
En las últimas décadas, diversos grupos y tendencias han ido aparecien­do en escena para proclamar su rechazo frontal al avance de la uniformi­zación y disolución general de los pueblos. Una uniformización y disolución que se ha acelerado en el interior de cada estado, y que super­potencias, organismos y corporaciones multinacionales han ido forzando a lo largo y ancho del mundo. Para combatir esta apisonadora mundialista y mundializada que va laminando y desnatura­lizando culturas y naciones, muchos grupos «inconformistas» («en contra de lo que hay») han adoptado el nacionalismo y esgrimido los «hechos diferenciales» étnicos como soporte principal de su causa.
Pero esgrimir, a secas, los «hechos diferenciales», nada significa en reali­dad. Pues lo importante no es reconocer «hechos dife­renciales» culturales, na­cionales, territoriales, étnicos o de cual­quier otra especie, sino establecer cuales, porqué y para qué se determinan diferenciaciones o dis­crimi­naciones, diferencias culturales y particularidades nacionales.
Como ejemplo propio, los españoles hemos podido comprobar durante un cuarto de siglo para qué ha servido, finalmente, la reivindicación de los «he­chos diferenciales»: para que unas organizaciones sub­sidiarias del estado blin­dadas por una «cosa nostra» étnica, se hayan ido apropiando de la cosa pública (y privada) en las parcelas territoriales que han reclamado suyas en exclusiva bajo la bandera de una historia, lengua, sangre, costumbres o temperamento «diferente», y poder manejar más competencias y presupuestos. Como todo el mundo sabe que los nacionalismos vascos, catalanes, gallegos o canarios no son frentes políticos que pongan en cuestión el régimen político, el montaje cultural y el modelo socio­económico del presente, sino que todos sus objetivos se concentran en coger la mayor tajada posible de los recursos generales dis­ponibles y controlar en exclusiva sus territorios con los que presumen fundirse, no voy a insistir más en ellos.
Así que voy a referirme a ciertos grupos que se proclaman «identitarios» e incluso «antisistema». Ustedes dirán que necesidad tenemos de referirnos a grupos tan minoritarios, cuando son los nacionalismos «oficiales» los que van imponiendo sus demandas. Las respuestas son sencillas: la primera es que, como se acaba de decir, casi todo el mundo sabe que tales nacionalismos no constituyen fuerzas «contrarias» al rumbo político actual, ni buscan ningún modelo socio­económico ni alternativa cultural a la que hay. Su obsesión se reduce a garantizar un mayor presupuesto, que el mismo mercado, el mismo consumo y la misma producción utilicen la lengua vernácula, y que el dinero que se recaude en un sitio, por supuesto, sea sólo para «su gente». Así que por eso no engañan a nadie, o a casi nadie.
Pero diferente es el caso de ciertos grupos que han empezado a enarbolar las banderas de las identidades, declaradamente populistas o presuntamente «defensores» o «restauradores» de «viejas esencias» ya muy mixtificadas, pues éstos sí que están engañando a todos en dos elementos fundamentales: en su posición ante el sistema y en su oposición al uniformismo y al arrasa­miento de las identitades. Así pues, la segunda respuesta es que, como este blog se dirige a gente que se considera disconforme con lo que hay, y porque nos interesa sobremanera el asunto que advierte el título (no dejar que la bandera identitaria caiga en manos etnicistas) hemos de empezar a despejar esta cuestión básica, vital, para los «reductos» de la población conscientes de la necesidad de una alternativa.
Como las nacionalidades son campo ya «reclamado» y más que trillado por los nacionalismos del régimen, suelen estos supuestos «identitarios» tomar otros marcos o conjuntos de identidad étnica, comarcales, nacionales (de los estados constituidos) subcontinentales o incluso raciales o subraciales. Como ya se advirtió, hay que preguntarse, en primer lugar, el porqué y para qué sirve todo su discurso de defensa de las identidades. Y en segundo lugar, que toman por identidad defendible. Yo les advierto que basta un repaso de los discursos de muchos supuestos «infantes terribles» o «peligrosos», desde los llamados nacional-revolucionarios hasta los reformistas populistas, pasando por los «reconquistadores» de supre­macías o «edades doradas» del pasado, para darse cuenta que no sirve, en absoluto, para abrir brecha y conformar una nueva mentalidad que se enfrente al individualismo, al unifor­mismo y al econo­micismo asfixiante del mundo actual.
Sus discursos están sirviendo para todo lo contrario: para justificar y defender la supremacía de este sistema pluto­crático, del «pensamiento único» famoso y sus mecanismos de poder político, social, económico e ideológico, y de paso, y por supuesto, el «status» material privilegiado de los componentes del primer mundo: un nivel económico con­seguido por motivos históricos, coyunturales, y no por méritos de las pobla­ciones o generaciones actuales.
Todos estos pseudoidentitarios prooccidentales no utilizan mitos «irra­cionales» como pudieron utilizar­los otros grupos en épocas anteriores (esto también sería discutible), o sea, para contrarrestar las fuerzas y artificios eco­nomicistas, evolu­cionistas y uniformizantes en los que se basa el mundo occidental, sino para defender este mismo mundo occidental. Da lo mismo que hablen de «herencias naturales», de los «valores de la civilización» o de «raíces» de cualquier especie. Lo mismo que hablen de defender una religión como del progreso técnico. Lo mismo que hablen de mitos imperiales como de las libertades individuales. Lo mismo que hablen de vírgenes cristianas como de paganos bárbaros. Todos estos cánticos se descubren, si se presta apenas atención, como retórica romántica y espúrea para encubrir la cruda y des­carnada realidad del Occidente, que es lo que acaban defendiendo.
Durante la guerra fría el elenco de las llamadas «fuerzas nacionales» (re­for­mistas, reaccionarias o conservadoras) tanto europeas como sudamerica­nas, emplearon discursos plagados de llamamientos juveniles revolucio­narios según unos, o defensas viejas de la patria, de la religión, de la familia, o de la raza según otros. Pero todo eso fue utilizado para acompañar e, incluso, respaldar el mundo que públicamente se decía de­testar por injusto, corrompido, desalmado, viciado o degenerado. Aquellas referencias eran, sólo en apariencia, «disonantes» con las del discurso «racional» o con­vencional dominante, pues pronto se podía descubrir que, mientras unos eran simples «radicalizaciones» de alguna de las dos alas del frente político «res­petable», otros eran cantos estériles a la luna, y algunos otros (éstos eran los más graves) eran adulteraciones o caricaturas de valores serios para degenerar bien en aberraciones e insensateces fácilmente atacables por todo el mundo, o en pretextos mixtificadores para recubrir las descarnadas razones reales que mueven al llamado «Mundo libre». Por mucho que los dueños del poder los desprecien con patadas e insultos, estos animales muy poco políticos nunca aprendieron (o aprendieron muy bien) y siempre sirvieron como perros fieles de ese poder.
Ahora vuelven a las andadas los mismos perros. Todo su presunto rechazo al globalismo desalmado, desnaturalizador y reconvertidor de tierras, pueblos y personas en solares, máquinas y mercancías, todas sus quejas contra esta sociedad formada por humanos reducidos a objetos y sujetos estacionales de producción, de consumo y deshechos en compra­venta, se quedan en un «desagrado» por algunas consecuencias del proceso, pero un proceso que aprueban no sólo como necesario e inevitable, sino como «fruto» del tipo de sociedad que han de defender. Al final no sólo no atacan esa uniformización y esa progresión disol­vente que decían contra la que dicen que luchan, sino que afirman fervorosamente que todos estamos obligados a defender esa homogeneidad apisona­dora para nuestros pueblos, en nombre de una «paternidad» o unas «raíces» (unívocas y homo­géneas) religiosas, vitales, culturales, racionales e identificadoras.
En definitiva: para social patriotas los pseudoidentitarios occidentales coinciden, descarada­mente, con los mundialistas a los que dicen atacar: coin­ciden nada menos en ver «superior» el «modo de vida» y el tipo de sociedad occi­dental. Nosotros denunciamos que los pseudoidentitarios sólo discrepan de los segun­dos en dos cosas: primero de la sinceridad de los abierta­mente mundia­listas, pues éstos desprecian los cuentos románticos de nostálgicos y mitó­manos, ya que los mundialistas recurren a otros engaños más políticamente correctos para justi­ficar el desenvolvimiento de Occidente; y segundo (y aquí discrepan más rabiosos) porque en vez de reservar ese modo de vida y privilegios socioeco­nómicos para los pueblos elegidos o «avanzados», los mun­dialistas anuncian querer propa­garlo.
Estos pseudoidentitarios son como los exclusivos de su raza: para ellos Occidente debe quedar reservado para el «mundo avanzado», que para ellos es sinónimo de más dinero, gente «moderna» y aparatos «vir­gueros». En cambio, progresistas y liberales (que tienen la misma idea que los pseudoidentitarios de lo que significa «avanzado») son algo parecido a los «evangeli­zadores»: para ellos Occidente debe «reconvertir» los pueblos infantiles o atrasados del resto del mundo.
Tanto occidentalistas «exclusivos» como la derecha de los occidentalistas «pro­pagadores» coinciden también en absolver a Occidente en la generación de las desgracias y miserias del resto del globo: para ambos tales desgracias y miserias no son culpa de la destrucción de su hábitat y sus comunidades por Occi­dente. Para los «exclusivos» porque las víctimas son unos primates incapaces de adaptarse a una cultura superior; para la derecha «mundialista» porque esos pueblos todavía no han culminado esa reconversión occidentali­zadora que les extirpe absolutamente todos sus «viejos hábitos». Por eso hemos de combatir la confusión. Por eso hemos de desenmas­carar a los farsantes y arrancar a los pseudoidentitarios la bandera de las identi­dades.
Por eso hemos de negar rotundamente que son alternativa a los mundialistas, pues sólo les cabrea que su «tesoro» sea compartido entre los «otros» o sin exigir devociones a ciertos mitos particulares. Habiendo estado «subidos a la parra», les molesta que «los de abajo» se la muevan, bien porque emigren acá, bien porque las empresas se deslocalicen allá, bien porque sus mercaderías desplacen los productos nacionales.
Por eso que no espere nadie críticas sostenidas a la lógica del capitalismo, ni nada por el estilo, sino incitaciones de odio a otros pueblos, incurriendo en la mayor de las contradicciones, porque si dicen defen­der las identidades de los pueblos y los hechos diferenciales entre culturas ¿Porqué siempre se descubren odiando otras identidades y cri­minalizando justamente esos hechos diferenciales? El que dice amar la bio­diversidad ¿Cómo puede presumir de desprecio por las demás especies?
Así pues, ante cualquiera que aparezca esgrimiendo la bandera de la Identidad, hay que emplear la misma precaución radical como cuando vienen con conceptos como defensa de la Patria o de la Libertad. Desconfiar por norma, pues todas estas referencias han sido pervertidas y utilizadas como encubridoras de las razones e intereses más espurios de Occidente. Hay que ver porqué y para qué emplean todas estas ideas. Porque con la confusión se viene una segunda consecuencia: mucha gente acaba por escupir sobre todas ellas, asqueada con el sentido y el contenido que les han dado. Si nos importa la libertad, no tengamos reparo en inquirir con dureza como Lenin y Mussolini. Lenin preguntó «¿Libertad? ¿Libertad para qué?» Y Mussolini desenmascaró a «aquellos defensores de la Libertad que la reclaman y se la apropian para sí, para negár­sela a los demás». Los que levantamos la bandera de las identi­dades hemos de inquirir sin contem­placiones «¿Identidad? ¿Identidad para qué?» y ser implacables contra «aquellos defensores de la Identidad que la reclaman y se la apropian para sí, para negársela a los demás».

lunes, 13 de octubre de 2008

Ha muerto Haider


El Mundo - El líder del partido de ultraderecha Alianza para el Futuro de Austria (BZÖ), Jörg Haider, falleció en la madrugada de este sábado a causa de un accidente de tráfico.

El político, de 58 años, perdió el control de su coche por causas que todavía se desconocen y sufrió graves lesiones en la cabeza y tórax. Falleció poco después en el mismo lugar del accidente, sin que los equipos de rescate pudieran hacer nada por salvarle, según dijo un portavoz de la policía.

El vehículo quedó completamente destrozado tras la colisión que, según un testigo, se produjo después de que el Volkswagen Phaeton que conducía Haider hiciera un adelantamiento en la localidad de Lambichl, al sur de Klagenfurt.Haider, jefe del gobierno del estado de Carintia, adquirió notable protagonismo tras la celebración de las últimas elecciones de Austria, en la que su partido triplicó los votos habituales para alcanzar los 21 escaños y ser pieza clave en la formación del Gobierno.

"Para nosotros es como un apocalipsis", afirmó a APA el portavoz de Haider y vicepresidente del BZÖ, Stefan Petzner. Agregó que Haider había participado en un evento y se dirigía a su casa en el municipio de Freistritz cuando ocurrió la tragedia. Haider deja una mujer y dos hijas adultas.Estado en el que quedó el coche de Haider.

El político austriaco saltó al primer plano de la esfera política de su país cuando su formación se colocó en la segunda posición en las legislativas austriacas de 1999, consiguiendo que el por entonces Partido Liberal entrara a formar parte del Gobierno.

Entre sus notas biográficas queda su confesa admiración por la política de empleo del III Reich, heredada de un entorno familiar en el que su padre, un zapatero, militó en las Juventudes Hitlerianas y en la SA, mientras que su madre, maestra, formó parte de la Liga de Jóvenes Alemanas del partido nazi.

Haider, nacido en 1950, estudió derecho en Viena. En 1977 ingresó al derechista Partido Liberal (FPO) y comenzó a hacer carrera política. Durante muchos años fue el hombre fuerte del partido y trabajó entre otros por la criticada coalición de gobierno en 2000 con el conservador Partido Popular Austriaco (OVP), bajo el canciller federal Wolfgang Schussel. Tras una serie de conflictos con su partido, Haider abandonó a los liberales en 2005 y creó el BZÖ.

Que nadie dude que algo raro se esconde tras este accidente, recordemos casos similares de coches que de repente pierden el control y los "frenos" y chocan contra muros en plena madrugada...

domingo, 12 de octubre de 2008

The Last Laugh

Dos humoristas hablan sobre la crisis de las hipotecas subprime. Nunca viene mal algo de humor:

viernes, 10 de octubre de 2008

Javier Solana ASESINO

Semanario Serbio

La Policía serbia detuvo este domingo a cuatro personas por su presunta implicación en la elaboración y colocación de carteles en Belgrado con una necrológica del alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Javier Solana. De acuerdo con las autoridades, los acusados tenían en su poder cien carteles con "contenido insultante" contra el jefe de la diplomacia europea. "Nuestro querido Javier Solana falleció el 28 de septiembre en el 66º año de su vida criminal", rezaba uno de ellos.
Desde aquí aún estamos esperando su entierro... ¡Javier Solana criminal de guerra! ¡Justicia para Serbia!

domingo, 5 de octubre de 2008

Dos formas de mundialización


La "mundialización" es el proceso reduccionista de afrontar los problemas de la humanidad como si se tratara de un todo homogéneo. Existen dos formas de mundialismo: el que tiene una base económica - la globalización- y el humanismo universalista.

De un lado aparece la globalización, resultado final de la escalada del capitalismo en su régimen de acumulación del dinero. La ideología es ultraliberal. No es homogéneo en su interior. Está formado de un lado por la industria petrolera concentrada en los países de la OPEP, por lo que se llamó "el dinero nuevo" en la época de Reagan - industrias tecnológicas-, por una parte de la alta finanza, y por otro lado por la componente ideológica conocida como "neoconservadurismo" norteamericano, una ideología pseudo-imperial obsesionada con dos temas: hegemonía de Israel en Oriente Medio y hegemonía militar mundial de los EEUU. En este segundo pelotón se incluye al complejo militar-industrial norteamericano. El PP - y con más nitidez, el aznarismo- sería la quintaesencia de esta corriente en España.

En otro sector de la mundialización está el universalismo humanista desarrollado a partir de los años 50 en los círculos de altos funcionarios de plantilla de NNUU y de sus agencias especializadas. En este sector se incluyen miles de ONGs creadas en todo el mundo, redes formadas por NNUU - entre otras decenas, la Alianza de Civilizaciones- y algunos partidos de izquierdas que, huérfanos de marxismo y caído el comunismo, han tomado esta ideología como sustitutivo. Este sector pone especial énfasis en las medidas de ingeniería social y en la superación de fronteras y barreras nacionales. Es la ideología de los "ciudadanos del mundo". El zapaterismo forma parte de esta segunda corriente.

La cuestión a plantar es si la mundialización en cualquiera de sus dos vías es necesariamente nuestro destino y si ambas no son el producto evolucionado de una crisis de valores y de estructuras iniciada en la segunda mitad del siglo XX. A fin de cuentas, lo que nace de una crisis está también contaminado por la crisis y no deja de ser nada más que una fuga hacia adelante.

No se trata, pues, de resignarse a la globalización o bien proponer "otra forma de globalización", sino de negar la globalización y repensar el mundo sobre bases anteriores a la manifestación de los primeros signos de crisis.

Revista Identidad, nº 11

sábado, 4 de octubre de 2008

viernes, 3 de octubre de 2008

Eugeni d'Ors

Eugeni d'Ors nació en Barcelona el 1881 y murió en Vilanova i la Geltrú el 1954. Es el primer intelectual que se profesionalizó, es decir, que intentó vivir exclusivamente de su trabajo como intelectual y publicista, en el ámbito literario catalán. Después de una larga temporada como inspirador de la política cultural del "noucentisme", a la muerte de Enric Prat de la Riba fue progresivamente rechazado y excluido por los dirigentes de la Liga Regionalista, hasta que fue "denostado" y se fue a vivir a Madrid, donde acaba militando en el fascismo y el falangismo.

En su etapa más importante, durante los primeros veinte años del siglo XX, ejerció una gran influencia en el pensamiento, y la cultura en general, de Cataluña. Con sus artículos diarios en una sección titulada "Glossari" (apéndice), publicados entre 1906 y 1920 en La veu de Catalunya (La voz de Cataluña), fue marcando las tendencias, las modas sobre lectura, música, obras de teatro, etc., a una buena parte de la intelectualidad y la mayoría de personas con sensibilidad cultural.

Sus artículos eran breves, con un estilo sensitivo, que solían tratar sobre un hecho actual en el campo artístico, social y político del momento. D'Ors expresaba su opinión, o hacía un juicio valorativo, y proponía al lector una reflexión.

Algunas series de artículos fueron posteriormente publicados, de manera independiente, en un libro. Trataban temas monográficos, como el modelo de mujer catalana (La ben plantada, 1911), la Primera Guerra Mundial (Tina i la Guerra gran, 1914), las relaciones instintivas y el peso del subconsciente (Gualba, la de mil veus, 1915), la superioridad de la inteligencia sobre el instinto o del arte sobre la vida (Oceanografia del tedi, 1916), etc.