
[...] Día tras día la diversidad del globo convertido en mercado global tiende a transformarse en un remedo de Estados Unidos. No importa si se trata de la civilización europea o la oriental, la americanización va deglutiendo los estilos de vida, los valores, los mitos, la manera de vestir o de cenar.
Se presenta Norteamérica como el anticipio del futuro del mundo. Un melting pot ya en proceso de ser servido como el menú del porvenir. Pero ¿cuál es en realidad el valor de ese guiso si se compara con el que se ha venido cocinando en la historia de Europa? [...]
Los americanos son vendedores excelentes. Han alcanzado a vender su sistema hasta hacerlo creer la encarnación del futuro, pero, de hecho, Estados Unidos carece de proyecto humano para el porvenir.
Abatido el comunismo, concluida la época de las dictaduras, extendida la democracia por el mundo, nació un tiempo en el que no parecía existir una meta por la que pugnar. Pero ahora, en el avance totalizador americano, se dibuja una amenaza a la que Europa en primer lugar ha de encontrar el modo de oponerse. El deseo de contrarrestar esta orientación empieza ya a ser audible dentro y fuera de Estados Unidos. En apoyo de un modelo alternativo (en contra del absolutismo del mercado, el culto al dinero, el cultivo del miedo, el miedo al otro) se encuentran no sólo otras zonas y ciudadanos del mundo, sino millones de americanos infelices dentro de una máquina que podría hacerlos picadillo a la sombra de un McDonald's y bajo la flameante bandera del mercado libre.
El planeta americano
Vicente Verdú
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